lunes, 6 de julio de 2015

Aplicación del Modelo de Discapacidad Cognitiva en la Enfermedad de Alzheimer

Aplicación del Modelo de Discapacidad Cognitiva  en la Enfermedad de Alzheimer

Autores:



Jorge A. Valverdi
Lic. en Terapia Ocupacional - Dirección General de Auditoría Médica del Ministerio de Salud.
Integrante del equipo terapéutico para la atención de personas con adicciones de la Red de Clínicas Crecer. Santa Fe – Republica Argentina.
Magíster en Salud Mental y Adicciones (Atlantic International University). USA.
Doctor en Salud Mental y Adicciones (Atlantic International University). USA.

Link de descarga 

Sara García Rodríguez
Lic. en Terapia Ocupacional. E.U. Padre Enrique de Ossó (Universidad de Oviedo). Premio Fin de Carrera.


Nuria Devesa Castaño
Lic. en Terapia Ocupacional. E.U. Padre Enrique de Ossó (Universidad de Oviedo).
Actualmente Diputada  del Grupo Parlamentario Socialista en la Junta General del Principado de Asturias y portavoz de Bienestar Social y Vivienda.


Revisoras

Priscila Salome Ferraro
Medica
Residente de 2do. Año - Red de Clínicas Crecer. Santa Fe – Republica Argentina.

Cristina de Diego Alonso
Diplomada en Terapia Ocupacional, Diplomada en Fisioterapia. Máster en Neurociencias
Terapeuta Bobath, Terapeuta Halliwick
Asistencia clínica a pacientes neurológicos como Terapeuta Ocupacional y Fisioterapeuta en Centro de Fisioterapia El Carmen (Zaragoza, España)
Docente en Grado de Fisioterapia. Universidad San Jorge (Zaragoza, España)


Introducción

La presente publicación esta relacionada con el Trabajo Fin de Grado de hoy, dos Terapeutas Ocupacionales de la ciudad de Oviedo (España) en Co-tutoría con la T.O. María Teresa Busta (España) y el Dr. Jorge Valverdi (Argentina), es decir un trabajo que une dos países pero con un solo punto de vista, la intervención con pacientes que presenten una discapacidad cognitiva, especialmente la Enfermedad de Alzheimer.

Lo notorio, es que a pesar del tiempo transcurrido de este trabajo que se presenta como una publicación, aun continúan sin desentrañar los misterios del marco de referencia de la discapacidad cognitiva, debido a la falta de conocimiento general de los terapeutas y teniendo en cuenta además que los autores evolucionan conceptos constantemente, pero no su elaboración en español, no obstante esto, los esfuerzos por comprender su funcionamiento persisten.    

En este sentido, para un Terapeuta Ocupacional, no es tarea sencilla elegir un modelo de intervención que guíe y oriente a lo largo del proceso terapéutico, el mismo debe ser adaptable en un gran porcentaje a las características y necesidades del sujeto y de su proceso de intervención. El hecho de seleccionar y adaptarse a un único modelo, dispuesto a utilizarlo con todos los pacientes, hace muy dificultosa nuestra tarea, porque no siempre se adapta de forma satisfactoria al conjunto de pacientes. Ya que cada uno de estos, esta constituido por características especificas que le hacen único como persona por lo que las técnicas no deberían generalizarse.

No obstante esto, Claudia Allen[1], recomienda usar otros modelos de intervención junto con el modelo de la discapacidad cognitiva, dado que el mismo puede acoplarse sin inconvenientes a cualquier otro instrumento teórico, esto permite ampliar la capacidad de juicio clínico por parte del profesional y obtener así una mejor visión acerca de lo que comprende su discapacidad en un todo holístico. 

En estas últimas décadas, tanto la ciencia como la tecnología han permitido que grandes investigaciones hayan arrojado resultados sorprendentes recomendando y afirmando que en el mundo[2], habrá cada vez más poblaciones envejecidas y dependientes. A pesar de que no es una buena noticia y dado que debería ser todo lo contrario, esto permitirá que el Terapeuta Ocupacional vislumbre un mejor panorama laboral y consecuentemente se vea aumentada de forma exponencial el número de personas que padecen trastornos cognitivos y enfermedades neurodegenerativas. Esto supone un reto para nuestra sociedad, ya que una parte importante de esta población como se mencionó anteriormente pasará a convertirse en grandes dependientes.

Es por ello que siendo la Enfermedad de Alzheimer (EA) la que representa el mayor número de casos en los distintos tipos de demencias, centramos nuestro objeto estudio utilizando en esta oportunidad un modelo especifico y centrado en este tipo de patologías, en este caso el Modelo de Discapacidad Cognitiva de Claudia K. Allen, ya que es poco accesible y poco conocido en nuestro país, es decir España, para lo cual se pudo obtener información detallada del mismo, luego de una exhaustiva búsqueda.

Las expectativas con el estudio, pretenden dar un poco de luz y facilitar la tarea del Terapeuta Ocupacional, así como hacerlo extensible al conjunto de profesionales sociosanitarios y familiares.

La Enfermedad de Alzheimer, se caracteriza por ser un síndrome neurodegenerativo que afecta al funcionamiento intelectual y al deterioro progresivo o global de los procesos cognitivos[3]. En lo que refiere a las personas que padecen esta enfermedad, estas alteraciones les impiden paulatina y gradualmente continuar con su ritmo de actividad normal y les crean dificultades en su independencia y autonomía. Es por ello, la importancia de abordar esta patología desde Terapia Ocupacional, lo que nos permite plantearnos una estrategia que abarque al individuo a nivel holístico. Tomar en cuenta a esta patología de manera que facilitemos el mantenimiento de la autonomía e independencia del paciente durante el mayor tiempo posible, ayudando a una mejor adaptación a los cambios y a mejorar la calidad de vida del enfermo y a su vez, de la familia y/o cuidador del mismo.

Siguiendo con la estructura del trabajo, a continuación describiremos una serie de párrafos que facilitarán de forma más concreta el contexto en el que se enmarca. Posteriormente y siguiendo el orden establecido, desarrollaremos la puesta en marcha o aplicación en sí del Modelo de Discapacidad cognitiva, correspondiéndose con lo que significaría la intervención desde Terapia Ocupacional y por último, se puede encontrar una conclusión final respecto al trabajo, a modo de reflexión.

Enfermedad de Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer es un síndrome neurodegenerativo que se caracteriza por un declive en el funcionamiento intelectual, que con el paso del tiempo genera una pérdida o deterioro global en cada uno de los siguientes procesos cognitivos[4]:

Ø  Orientación: las personas pierden la noción del tiempo y del espacio, (Ej. Pueden llegar a perderse en su propia casa).
Ø  Atención: les cuesta mantener la concentración en una tarea concreta y muestran una actitud dispersa, de desconexión.
Ø  Memoria: comienzan por pequeños olvidos y a medida que la enfermedad evoluciona se olvidan de las personas de su entorno.
Ø  Lenguaje: resultado de la pérdida de memoria aparecen trastornos como la anomia (se olvidan de los nombres de las cosas), producen ecolalia (repeticiones de palabras), reproducen palabras de forma dificultosa e inentendible.
Ø  Praxis: pierden capacidades de realizar tareas cotidianas, como vestirse, peinarse, hacer la cama. Dejan de saber hacer.
Ø  Gnosis: no reconocen objetos o personas a través de los sentidos, ya sea por la vista, tacto, olfato, etc.
Ø  Funciones ejecutivas: tienen gran dificultad en la resolución de problemas por pequeño que sea este. Se ve mermada la capacidad de pensamiento abstracto y de razonamiento. Siendo estas patologías duales como la tarea cognitiva y motora de forma simultanea.

Cabe destacar además la presencia dentro del cuadro clínico de la enfermedad, tanto alteraciones psicológicas y comportamentales, como cambios de personalidad que pueden llegar a convertir el entorno del enfermo en altamente estresante y disruptivo, al igual que para el cuidador o resto de la familia.

Hay que mencionar que fue en 1907 cuando Alois Alzheimer[5] dio nombre a este síndrome, con el primer diagnóstico definitivo a través del examen anatomopatológico post-morten, del cerebro de una paciente. El cuadro clínico, fue introducido por Kreapelin en la octava edición del “Manual de Psiquiatría” en 1910[6].
Dentro del cuadro clínico de los criterios diagnósticos de la E.A. introducidos a partir de los años 80 en el DSM-III[7], pueden aparecer síntomas psicológicos y comportamentales, como depresión, ansiedad, delirios, alucinaciones, cambios de personalidad o agresividad.

Dicha clasificación, reconocida como manual diagnóstico y estadístico, fue actualizada y recopilada en la DSM-IV[8], la cual considera que la demencia se caracteriza por un déficit cognoscitivo múltiple que implica un deterioro en la memoria.

La Enfermedad de Alzheimer, se destaca por ser el tipo de demencia más frecuente, diferenciándose con otros tipos de demencia por su etiología, siendo esta de carácter orgánico o fisiológico directo, considerada como una demencia de tipo degenerativa primaria irreversible. Su origen se atribuye a múltiples factores de riesgo, aunque es la edad avanzada el más influyente.

Más concretamente, la E.A. se caracteriza por cambios específicos considerados rasgos de la enfermedad. Afectando principalmente a la destrucción de neuronas que se encuentran en zonas clave, como son el córtex cerebral, el hipocampo y núcleos basales.

Curso Evolutivo.

Con relación a lo anteriormente expuesto, la EA  se caracteriza por el empeoramiento progresivo de la sintomatología global del paciente. Aunque no todos ellos experimenten el mismo patrón de deterioro, sino que cada caso evoluciona en función de los distintos factores relacionados y se considera que tiene entidad propia.
           
Actualmente, existen distintas clasificaciones respecto al curso evolutivo de la enfermedad de Alzheimer.

Según la Escala de deterioro global (GDS) desarrollada por el Dr. Barry Reisberg[9], director del Centro de Investigación de Demencia y Envejecimiento Silberstein de Nueva York, la enfermedad de Alzheimer se divide en una serie de etapas, las cuales se presentan a continuación y sirven de guía para entender el progreso de la enfermedad.

1ª Etapa: Ausencia de daño cognitivo (Función normal, GDS 1).

La persona no experimenta problemas de la memoria y no hay síntomas evidentes de enfermedad en las valoraciones de profesionales médicos.

2ª Etapa: Disminución cognitiva muy leve (Olvido senil benigno, GDS 2).
     
Comienzan a cometerse fallos de memoria, pequeños olvidos de palabras conocidas o el lugar donde se colocó un objeto de uso cotidiano.

Se produce un enlentecimiento de la secuenciación de movimientos, problemas de coordinación y aprendizaje. Disminuye la capacidad de abstracción y la resolución de problemas.

Sin embargo, estos problemas no son evidentes en la consulta médica ni resultan significativos para familiares o entorno social del paciente.

3ª Etapa: Disminución cognitiva leve (EA Incipiente, GDS 3).
                                                    
Aparecen problemas de memoria o concentración que pueden ser medibles a través de una entrevista médica detallada. Apreciando:
  • Dificultad notable de encontrar la palabra o el nombre adecuado.
  • Capacidad reducida para recordar nombres al ser presentado a nuevas personas.
  • Mayor dificultad notable de desempeñar tareas sociales o laborales.
  • Poca retención del material que uno lee.
  • Pérdida o extravío de un objeto.
  • Menor capacidad para planificar y organizar.
  • Razonamiento conservado con material familiar.
  • Sin afectación en control conductual.
  • Disminución de orientación espacial a partir de los 70 años.
  • Disminuye la precisión en habilidades visuo-constructivas.
  • Déficit de atención selectiva.

4ª Etapa: Disminución cognitiva moderada (EA Leve, GDS 4).
A través de la entrevista médica, se pueden apreciar los siguientes déficits:
  • Falta de memoria de acontecimientos recientes.
  • Dificultad para realizar cálculos mentales complejos.
  • Dificultad en razonamiento abstracto, pensamiento rígido.
  • Olvido de la historia personal.
  • Enlentecimiento motor.
  • Déficit en las relaciones sociales y laborales.
  • Mayor dificultad en realizar tareas complejas, como la planificación y el control de aspectos económicos.

5ª Etapa: Disminución cognitiva moderadamente severa (EA Moderada, GDS 5).
Aparecen lagunas de memoria y déficit en la función cognitiva. Suelen necesitar supervisión de terceras personas y asistencia en las actividades de la vida diaria.
  • Dificultad para recordar datos personales o lugares de su entorno, aunque mantienen la memoria procedimental.
  • Desorientación espacio-temporal.
  • Dificultad en cálculos matemáticos sencillos.
  • Apraxia constructiva, ideomotora e ideatoria.
  • Alteraciones del lenguaje (fluencia, producción, perífrasis, circunloquios, repeticiones y empobrecimiento del contenido).
  • Por lo general, todavía no requieren ayuda para alimentarse o utilizar el baño.

6ª Etapa: Disminución cognitiva severa (EA Severa, GDS 6).
  • Problemas de memoria agravados con cambios significativos de personalidad. Necesitando considerable ayuda en AVD.
  • Dificultad para recordar la historia personal.
  • Olvidar ocasionalmente el nombre de su pareja o de la principal persona que lo cuida, pero por lo general puede distinguir las caras conocidas de las desconocidas.
  • Apraxia del vestido.
  • Alteración en ciclos normales de vigilia-sueño.
  • Necesita ayuda de 3ª persona en AVD (WC).
  • Aparecen episodios de incontinencia urinaria o fecal.
  • Cambios significativos de personalidad y afectividad.
  • Tendencia al vagabundeo.
  • Perseverancias gestuales.
  • Ideas delirantes o alucinaciones.

7ª Etapa: Disminución cognitiva muy severa (EA Muy Severa, GDS 7).
En la última etapa, los individuos pierden la capacidad de responder a su entorno, de hablar y, eventualmente de controlar sus movimientos. Pérdida total o parcial del lenguaje. Necesitan ayuda continua para el cuidado personal diario, incluyendo la comida.
  • Dificultad en comer y tragar.
  • Movimientos descoordinados y mioclonías.
  • Reflejos anormales.
  • No se reconocen a sí mismos.
  • Incontinencia fecal o urinaria.
  • Largos periodos de desconexión con el medio.
  • Aletargamiento.
  • Infecciones y neumonías.

Modelo Involutivo en la Enfermedad de Alzheimer                                          

Las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer presentan un patrón de deterioro cognitivo totalmente previsible y progresivo. Este patrón puede ser explicado por la involución del desarrollo intelectual, dentro del proceso de involución general del organismo, descrito por B. Reisberg con el nombre de Retrogénesis.

Estas personas pasan por unos estadios progresivos que correlacionan de una manera inversa con los estadios del desarrollo descritos por J.Piaget. En la teoría de este autor (J. Piaget)[10], desarrolla una serie de etapas y subetapas del desarrollo en los seres humanos, donde cada periodo se caracteriza por la presencia de ciertos procesos y estructuras mentales, que maduran y se fortalecen para permitir el paso a la siguiente etapa.

A continuación consignamos la representación de dichas etapas según Piaget que se van sucediendo en el desarrollo del niño de una forma ordenada.
Damos especial importancia a este orden de adquisición, porque de forma inversa, es el orden en que se van perdiendo dichas capacidades cognitivas en procesos degenerativos como la Enfermedad de Alzheimer.

Desarrollo evolutivo de la Inteligencia en el niño (J. Piaget).

PERÍODO
ESTADIO
EDAD
Etapa Sensoriomotora
La conducta del niño es esencialmente motora, no hay representación interna de los acontecimientos externos, ni piensa mediante conceptos.
a.        Estadio de los mecanismos reflejos congénitos.
b.        Estadio de las reacciones circulares primarias
c.        Estadio de las reacciones circulares secundarias
d.        Estadio de la coordinación de los esquemas de conducta previos.
e.        Estadio de los nuevos descubrimientos por experimentación.
f.         Estadio de las nuevas representaciones mentales.
0 - 1
mes
1 - 4
meses
4 - 8
meses
8 - 12
meses
12 - 18 meses
18-24 meses
Etapa Preoperacional
Es la etapa del pensamiento y  del lenguaje 

a.        Estadio preconceptual.
b.        Estadio intuitivo.

2-4 años
4-7 años
Etapa de las Operaciones Concretas
Los procesos de razonamiento se vuelen lógicos y pueden aplicarse a problemas concretos o reales. En el aspecto social, el niño ahora se convierte en un ser verdaderamente social y en esta etapa aparecen los esquemas lógicos de seriación, ordenamiento mental de conjuntos y clasificación de los conceptos de casualidad, espacio, tiempo y velocidad.
7-11 años
Etapa de las Operaciones Formales
En esta etapa el adolescente logra la abstracción sobre conocimientos concretos observados que le permiten emplear el razonamiento lógico inductivo y deductivo.
11 años en adelante

De este modo, la secuencia de la involución del deterioro cognitivo en la Enfermedad de Alzheimer se produciría en las siguientes fases:
1. Período de desintegración de las operaciones formales. En esta etapa el sujeto pierde la capacidad para el pensamiento maduro, adulto. No puede tratar con el caso general, ni con lo hipotético, no puede inducir ni ir más allá de la información dada. Pasa de las estructuras simbólicas a las concretas y entra en el siguiente período. Es la etapa de la transición desde adulto normal, pasando por la adolescencia, a niño de 7 años; estadios 3 y primera mitad del 4, según la Global Deterioration Scale  (GDS).
2. Período de desintegración de las operaciones concretas. El pensamiento representativo de la conceptualización y dimensionamiento del mundo real se va perdiendo paulatinamente. Es en este período cuando se van manifestando: Amnesia, afasia, apraxia y agnosia. Correspondería al período que va de los 7 a los 2 años; que incluiría segunda mitad del estadio 4, todo el estadio 5, y parte del 6, en la GDS antes mencionada.
3. Período de desintegración de la inteligencia sensoriomotora. Perdidas las operaciones concretas, el sujeto entra en la fase de la inteligencia sensoriomotora. Afectividad, ritmo y capacidad de imitación son valores residuales de esta fase hasta que la desintegración de la inteligencia sensoriomotora lo sumerge en una fase cuasi vegetativa, fetal. Comprende parte del estadio 6 y todo el 7.
En el enfermo de Alzheimer, se sucede, pues, de forma secuencial la desintegración de las formas cognitivas que se fueron construyendo a lo largo de la vida del sujeto en un historial de experiencias.
Haciendo referencia al Modelo de Discapacidad Cognitiva de Allen y relacionándolo con esto último, será fácil entender las semejanzas con los niveles cognitivos de este modelo. Los cuales se originan en la psicología del desarrollo basados en la teoría de Jean Piaget.

Modelo de Discapacidad Cognitiva.                                                                    

El modelo de discapacidad cognitiva tuvo sus comienzos en el “Eastern Pensilvania Psychiatric Institute” a finales de 1960, cuando Claudia K. Allen y otros compañeros, observaron por primera vez los patrones de desempeño con dificultades en pacientes adultos con trastornos mentales.

Al tratar de comprenderlo mejor y, por tanto responder a las necesidades de estas personas, Allen y otros terapeutas iniciaron una recogida sistemática y cuidadosa de las observaciones de estas dificultades.

Por tanto, este modelo fue desarrollado para conceptuar estrategias de intervención para personas que como resultado de una patología cerebral, no son capaces de llevar a cabo sus actividades de la vida diaria. Fue concebido para proporcionar una sólida fundamentación teórica y capacitar a los Terapeutas Ocupacionales a través de una investigación rigurosa y empírica de casi dos décadas[11].

Aunque este modelo, se haya fundado de forma empírica de la Terapia Ocupacional, también deriva de otras disciplinas como las neurociencias, la psicología o la psiquiatría. Cabe destacar, que ha experimentado un continuo desarrollo y diversas modificaciones desde  su comienzo.

El modelo se basa en los postulados teóricos que se presentan a continuación, permisas que mantiene una misma perspectiva respecto a la patología a tratar.

1.      La cognición forma parte de todos los comportamientos.

2.      La patología cerebral, sea cual sea su origen, altera el funcionamiento cognitivo con manifestaciones en las actividades de la vida diaria. La discapacidad cognitiva merma la habilidad cognitiva para llevar a cabo una tarea motora, con la consiguiente dificultad para la realización adecuada de las actividades cotidianas.
3.      Los principales datos de la evaluación del estado cognitivo del sujeto se obtienen de la observación directa del sujeto en su ejecución rutinaria. De esta observación se obtienen datos sobre la calidad del desempeño, relacionando éstos directamente con la capacidad del individuo para procesar información.

4.      Las diferencias cualitativas en el desempeño de las actividades rutinarias se clasifican en lo que se denominan niveles cognitivos. Estos niveles, definen las limitaciones que se observan en la capacidad de procesamiento de la información, también identifican diversas cualidades de los estímulos ambientales que sirven para producir respuestas motrices en niveles superiores de comportamiento.

5.      En aquellas situaciones clínicas en las que se espera un empeoramiento progresivo, en procesos degenerativos como la enfermedad de Alzheimer, se produce una pérdida predecible de las capacidades cognitivas, viéndose afectados inicialmente aquellas capacidades clasificadas dentro de estadios superiores y posterior y progresivamente los procesos ontogénicamente mas primitivos.

6.      En situaciones clínicas de cronicidad, la estrategia de intervención propuesta como más viable es la compensación ambiental, la cual busca establecer una igualdad entre las demandas ambientales y la capacidad de procesamiento de la información del individuo para producir una respuesta ocupacional satisfactoria, tanto para el ambiente como para la persona afectada.

7.      El enfoque desde Terapia Ocupacional se basa en el análisis del entorno y de la actividad, con el fin de modificarlos y brindar al paciente la oportunidad de desempeñar las tareas a un nivel óptimo de funcionamiento, permitiéndoles obtener éxito a pesar de su discapacidad.

Como definió Allen (1985,1992)[12], la discapacidad cognitiva representa una restricción fisiológica o bioquímica en las capacidades de procesar información del cerebro que producen limitaciones observables y medibles en el comportamiento de tareas de rutina.
El concepto de conocimiento funcional se ha convertido en un término útil para describir el centro de la preocupación del modelo de discapacidad cognitiva. Entendiéndose por conocimiento funcional, aquel que abarca el rendimiento funcional y la capacidad de procesamiento cognitivo del  cerebro (Allen, et al., 2007)[13].
Allen y sus compañeros, describen por primera vez una secuencia de seis niveles de habilidades, llamados niveles cognitivos. Los cuales definen las demandas de procesamiento de información de las actividades de la vida diaria, así como también las diferencias cualitativas en limitaciones y capacidades funcionales o restricciones observables en la capacidad de procesamiento de la información. Allen considera tres dimensiones del pensamiento como estadios de un modelo de procesamiento de información, los cuales son:
1. Señales sensoriales.
Todo procesamiento de la información comienza con un estímulo sensorial  que proviene del ambiente. Allen identifica dos procedencias de señales sensoriales que captan y sostienen la atención: internas o externas.
2. Asociaciones sensoriomotoras.
Son los procesos interpretativos que siguen a las señales sensoriales, se refieren a los objetivos implícitos en el desempeño de una acción. En el Modelo de Discapacidad Cognitiva se demuestra que el objetivo implícito de la persona en el desempeño de una acción puede no ser acorde con los objetivos explícitos de la actividad dada.
En definitiva, en niveles cognitivos más primitivos son mayores los resultados no intencionados o la ejecución de tareas sin un propósito final.
3. Acciones motoras.
Las acciones motoras son el estadio final del modelo de procesamiento de información. Las acciones se producen por señales sensoriales, guiadas por asociaciones sensoriomotoras y pueden observarse en el desempeño de una actividad. Existen dos tipos de acciones motoras: espontáneas e imitadas.
Por tanto, existe un estado de función cuando las capacidades para procesar la información de la persona igualan las demandas de las tareas de rutina del ambiente. Por otro lado, existe un estado de disfunción cuando las capacidades para procesar información de la persona están restringidas de modo que no puede desempeñar tareas rutinarias. Los niveles cognitivos que esta autora maneja para determinar el estadio de afectación en que se encuentran los pacientes son seis, los cuales se desarrollan más extensamente, en los siguientes párrafos.

Para evaluar los comportamientos indicadores de función – disfunción a través de este  Modelo, inicialmente se diseñaron algunos elementos de prueba que no resultaron muy prácticos en cuanto a portabilidad o reutilización de materiales y a su vez no detectaban el nivel cognitivo en que se encontraban los pacientes. Esto dio lugar a nuevos diseños de pruebas estandarizadas de evaluación que se utilizan en la actualidad: 

Ø  Test del nivel cognitivo / Allen Cognitive Level Test (ACL; Allen, 1985)[14]: es una prueba estandarizada en trenzado de cuero que puede utilizarse para examinar y evaluar los niveles cognitivos 4, 5 y 6.

Ø  Inventario de tareas rutinarias / Routine Task Inventory (RTI; Allen, 1985)[15]: este inventario es una valoración complementaria del ACL, es una medida práctica de observación de la ejecución, para describir las discapacidades cognitivas.

Ø  Test de ejecución cognitiva (CPT; Allen)[16]: está compuesto por seis tareas, las cuales tienen como objetivo de observarse a través de ellas, las capacidades funcionales para una amplia variedad de AVD.

Ø  Modulo diagnóstico (ADM)[17]: es una colección de proyectos de kits de estimulación sensorial y proyectos de arte usados para verificar la valoración de la capacidad de funcionar, de aquellos pacientes que se desempeñan en niveles altos (ACL 3.0 a 5.8). Mientras que para los niveles más bajos se usa la estimulación sensorial (ACL 0.0 a 3.0).

En la actualidad, el modelo de discapacidad cognitiva y las herramientas relacionadas son utilizados por los terapeutas que ejercen en áreas de salud mental, la Psiquiatría Forense, Medicina de rehabilitación, y la Atención geriátrica.

Generalidad

Los datos estadísticos que ofrecen los estudios epidemiológicos sobre envejecimiento y demencia presentan un panorama inquietante. El bajo índice de natalidad, la mejora en las condiciones sanitarias y sociales, resultando como consecuencia, el aumento de la esperanza de vida, han hecho que el número de personas con edades superiores a los 65 años sea cada vez mayor, y son precisamente éstas las más vulnerables a padecer demencia.
En la actualidad se sabe que la enfermedad de Alzheimer (EA), en los países occidentales, representa entre 50 y 60% de todos los casos de demencia[18].

Además, la prevalencia de demencia en los países desarrollados se duplica cada cinco años en los pacientes entre los 65 y 94 años[19]. Son datos como estos, lo que han hecho de este trabajo uno de los motivos para que se pusiera atención y se diera especial importancia a este ámbito de la Terapia Ocupacional y, en concreto el ámbito geriátrico y los afectados de Alzheimer. Por lo tanto, consideramos que es un tema relevante y de interés con vista a futuro como profesionales y en el de muchas personas como afectados.

Se pone de manifiesto el gran reto que el conjunto de la sociedad deberá asumir en los próximos 30 años. Supondrá un coste económico muy importante, una sobrecarga para familiares y cuidadores, cambios sociales para conciliar trabajo y atención al anciano, demanda de centros e instituciones, entre otras necesidades.

En cuanto a la elección del Modelo de discapacidad cognitiva de Allen que se plantea respecto a la intervención desde Terapia Ocupacional, consideramos que se trata de un modelo que nace de la práctica psiquiátrica y que ha sido desarrollado para conceptuar estrategias de intervención para personas que como resultado de una patología cerebral, sufren una discapacidad cognitiva que les lleva a la perdida de capacidades funcionales en las actividades de su vida diaria.

A diferencia de otros, pone mayor énfasis en la intervención individual con el paciente, evitando así los inconvenientes habituales de las terapias grupales con personas de estas características. Aunque no se descarta compaginar las técnicas grupales para la mejora de la sociabilidad y el aislamiento de la persona respecto a su entorno.

Cabe destacar que dicho modelo resulta más aplicable en pacientes con procesos crónicos o con deterioro cognitivo, en quienes se prevea de acuerdo a la patología prevalente una declinación de sus habilidades, tal como ocurre en pacientes con demencias, precisamente en la Enfermedad de Alzheimer.

Este modelo ha sido utilizado mayoritariamente en EE.UU. y en países de habla inglesa y toda la bibliografía se encuentra en inglés, y lo que se encuentra en español no está a la venta o es muy difícil encontrar traducciones completas al castellano. Lo que dificulta la divulgación de dicho conocimiento y la aplicación del modelo en el campo de la Terapia Ocupacional en nuestro país. A pesar de resultar idóneo bajo nuestro punto de vista para el tratamiento de patologías como esta.


Dos grandes herramientas de evaluación


Allen Cognitive Level Test (ACL, Allen, 1985).

Es una prueba estandarizada, basada en tres tareas diferentes consistentes en el uso de cordones o tientos de cuero a través de distintos tipos de puntadas. Sirve para evaluar la atención, capacidad de resolución de problemas y de aprendizaje, por parte de personas que presenten una restricción en el funcionamiento cognitivo normal. Dicho test, puede utilizarse para examinar y evaluar los niveles cognitivos dentro de un rango de puntuación comprendido entre 3.0 y 5.8, es decir, puede ser utilizado en pacientes que se estime que presenten un nivel cognitivo superior a los dos niveles iniciales propuestos por Allen. Dicha prueba se completa en un breve periodo de tiempo, es por ello que proporciona una estimación rápida de la capacidad funcional del sujeto.

Esta herramienta, fue desarrollada por primera vez en 1978, posteriormente se han editado sucesivas versiones, siendo la última y la desarrollada en este trabajo, la quinta versión, denominándose: ACLS-5 y LACLS-5 (Allen, 2007). Esta última versión, propone dos tipos de piezas de cuero: una ACL-5 estándar y una LACLS-5 de mayor tamaño, esta última dirigida a personas con déficit visual o problemas manipulativos.

Previamente a la administración del ACLS ó LACLS, es importante mantener una entrevista con el paciente, que nos facilite datos acerca de su historia ocupacional, estableciendo un ambiente relajado, distendido y una relación de confianza terapeuta-paciente. Además, es importante que aprovechemos este momento, para  interesarnos por si se ha realizado en alguna otra ocasión, un trabajo similar. Puesto que el paciente pudo haber realizado actividades que implicasen la tarea de realizar puntadas, a lo largo de su vida y a consecuencia de ello, podríamos obtener una puntuación del ACLS ó LACLS más elevado, que no se correspondiese con la realidad.




Kits de materiales.

Para llevar a cabo la realización de esta prueba, mediante el uso del ACLS-5, el kits de valoración estaría conformado por;

-          Aguja de punta roma
-          15 cm de hilo encerado (es necesario atar  un nudo grande en un extremo, el otro extremo pasará a través de la aguja).
-          Dos agujas de cobre amarillo.
-          Dos cordones de cuero de 30 cm de longitud cada uno (un extremo pasará a través de la aguja de cobre y será “atornillado”, de manera que se proporcione una fijación segura).
-          Una pieza de cuero perforada en su contorno. Si se desea la pieza puede contar con un bolsillo en la parte posterior, creado a partir de otra pieza de cuero de pequeño tamaño, para así poder almacenar en él las agujas y cordones y/o hilo, correspondientes a las otras tareas a realizar, para así evitar posibles confusiones por parte del paciente, mientras realiza otra de las tareas.

A la hora de facilitar la pieza de cuero, esta ha de contar con tres puntadas corridas o normales, cuatro puntadas de bordado en cruz y cuatro puntadas cordobesas simples, cada tipo de puntada ha de situarse entorno a un extremo de la pieza de cuero, encontrándose separadas entre si lo suficientemente.

Por otro lado, en caso de utilizar el LACLS-5, los materiales a utilizar a diferencia de los citados anteriormente serian; un cordón de zapatos con punta en lugar, de la aguja de punta roma e hilo encerado y un trozo de cuero de mayor tamaño.

Nociones generales.

-          Seleccionar un ambiente para llevar a cabo el desarrollo de la prueba  que ofrezca un amplio espacio bien iluminado, libre de obstáculos y que ofrezca pocas distracciones.

-          Mostrar los materiales a ser  utilizado por el paciente y explicar porque y con que principal objetivo esta realizando esta prueba.

-          Facilitar al paciente materiales en buen estado. Es importante mantener los instrumentos pertenecientes al kit de valoración en correcto estado. Además, previamente al inicio de la prueba, es tarea del profesional de Terapia Ocupacional, cerciorarse de que las agujas, el hijo y/o el cordón atraviesen todos los agujeros con cierta facilidad.

-          Combinar la demostración, con direcciones verbales. El terapeuta ha de tener una idea clara y correctamente memorizados los pasos a seguir. Está permitida la realización de dos demostraciones y una tercera en el caso de que sea demandada por parte del paciente, durante la realización de la puntada corrida o normal, pero se debe evitar una tercera demostración durante la ejecución de las dos tareas restantes.

-          Durante la demostración, el profesional ha de sostener el cuero y realizar las puntadas, de manera que el paciente visualice dicha acción lo mejor posible. La posición de la pieza de cuero delante de la persona debe estar aproximadamente en un ángulo de 45 º hacia el lado de la persona a fin de que esta pueda ver como la aguja pasa a través del agujero desde la parte delantera hacia la parte de atrás del cuero.

-          Nunca corregir un error previo.

-          Ante problemas visuales, el ACLS, puede ser sustituido por el LACLS, para tratar de compensar el déficit visual o manipulativo. Para evitar llegar a esta situación, una vez ya iniciada la prueba de valoración, previamente al inicio hemos de preguntarle al paciente; “¿Puede usted ver los agujeros?” o por otro lado, si comenzamos a observar dificultades visuales una vez ya iniciada la prueba, previamente a comenzar la segunda tarea, le indicamos si sería capaz de identificar la diferencia entre ambos lados del segmento o cordón de cuero; si es capaz de identificar el lado liso y oscuro, frente al lado áspero y brilloso. Por tanto, si el paciente es capaz de visualizar los agujeros y/o de apreciar tal diferencia en el cuero comenzaremos o continuaremos la prueba utilizando el ACLS, y si por el contrario no es capaz de identificar los agujeros y tal contraste, iniciaremos o continuaremos la valoración bajo el uso del LACLS. Es importante, cerciorarse de la posible existencia de problemas visuales por parte del paciente, puesto que el no ver correctamente, es una excusa frecuente ante la dificultad de realizar alguna de las tareas.

-          En aquellas personas, que por motivos patológicos tan solo sean capaces de utilizar una mano, está permitido sostenerles el cuero.

-          Durante la realización de la prueba está permitido fomentar la estimulación del paciente, bajo muestras verbales estimulantes, tales como; “Tomate tu tiempo, lo estas haciendo muy bien” o “Aprecio tus esfuerzos”.

-          Es una prueba asincronizada, por lo tanto los pacientes pueden tomarse el tiempo que necesiten.

-          Evitar proporcionar estímulos que comprueben la correcta ó incorrecta ejecución de la tarea. Ante cualquier pregunta realizada por el paciente durante la prueba, debemos de evitar proporcionarle pistas acerca de la correcta o incorrecta ejecución realizada por su parte.

-          Siempre, anotaremos todo comportamiento y/o conducta que vayamos observando a lo largo del proceso de valoración.

-          Si el paciente solicita dar por finalizada la prueba a lo largo del proceso de valoración, cabe destacar que su demanda ha de ser tenida en cuenta.

-          Una vez finalizada la prueba, dar las gracias al paciente por su colaboración y participación.




Procedimiento.

Posteriormente, de haber revisado las permisas o nociones generales, se procede a presentar los materiales e indicar verbalmente  como es y en que consiste la prueba a realizar, tal y como se ha indicado previamente.

Se comienza siempre con todos los pacientes por la puntada más sencilla, es decir por la puntada corrida normal o simple. En el caso de que esta sea realizada satisfactoriamente por parte del paciente, este hecho le ayudara a ganar confianza, a motivarse y continuar realizando las puntadas posteriores de mayor dificultad. Todas las puntadas a realizar, serán hechas de izquierda a derecha, ocupando agujeros consecutivos.
Cabe destacar, que una vez que se le proporcione al paciente la pieza de cuero, ya ha de presentar los tres tipos de puntadas ha realizar, a modo de ejemplo, para que puedan ser observador por el paciente desde un primer momento.

Puntuación.

La puntuación para el ACLS-5 y el LACLS-5, se basa en la observación que el terapeuta hace sobre el comportamiento y desempeño del paciente. Estos patrones de comportamiento y desempeño se comparan con los criterios de calificación presentes en los cuadros de puntuación.

Respecto a la forma de puntuar, si el paciente manifiesta interés por seguir hasta el final de la evaluación, en la asignación de la puntuación, el Terapeuta no podrá utilizar observaciones más allá de las demostraciones correspondientes a cada tarea.

Cabe destacar, que el hecho de continuar realizando todas las tareas, a pesar de no haber superado satisfactoriamente una previa sirve para establecer con mayor seguridad la puntuación correcta.

En el caso de la realización de la puntada cordobesa simple, nos ayuda a clasificar a un paciente dentro del bordado en cruz entre los ítems 4 y 4.4.

La estructura de las tablas de puntuación se compone de cuatro columnas:

-          La primera columna enumera las puntuaciones (correspondientes a la escala de los niveles cognitivos propuestos por Allen).

-          La segunda columna presenta los criterios de calificación, los supuestos comportamientos observados con los que se ha de corresponder la puntuación asignada.

-          La tercera columna, son las listas de observaciones adicionales que se observa con frecuencia junto con los comportamientos de los criterios de calificación, pero que no son requeridas para la asignación de una puntuación.

-          La cuarta columna, enumera las capacidades de desempeño asociadas al comportamiento observado y puntuación otorgada.

Routine task inventory (RTI).

Este inventario es una valoración complementaria del ACL, si bien existe existen diversas versiones, esta es una versión ampliada del original, Routine Task Inventory (RTI).

El inventario de tareas de rutina puede considerarse como un instrumento de evaluación, durante el cual se realiza un análisis de la actividad, a través de la observación de una determinada serie de tareas rutinarias propuestas. Respecto a la versión original, al inventario se le han incorporado más tareas y áreas a observar, ampliándose así el análisis de la actividad hacia otras tareas rutinarias.

A través de esta prueba, se pretende valorar el grado en que una restricción (discapacidad cognitiva), interfiere con el desempeño de tareas cotidianas a través de la observación. El objetivo de la valoración del comportamiento de las tareas rutinarias es promover el funcionamiento seguro, y rutinario de las ocupaciones valoradas de un individuo, para maximizar la participación por parte de este sus Actividades de la Vida Diaria (AVDs).

La información a partir de la cual se completarán las escalas del inventario de las tareas rutinarias, es obtenida a partir del paciente, de un familiar o cuidador y a partir de la observación del Terapeuta.

Kits materiales.

Este inventario, esta conformado por cuatro escalas: la escala física, la escala de la comunidad, la escala de comunicación y la escala de la preparación del trabajo, todas ellas constituidas por sus correspondientes tareas, las cuales se citan a continuación.

-          Escala Física: arreglo personal, vestido, baño, caminar, alimentación, higiene personal, toma de medicación y uso del equipo adaptado.

-          Escala de la Comunidad: mantenimiento del hogar, preparación y obtención de la comida, manejo y gasto del dinero, lavado de ropa, viajes, compras, uso del teléfono y cuidado de niños.

-          Escala de Comunicación: escuchar y comprender, hablar y expresarse, lectura y comprensión y escritura y expresión.

-          Escala de Preparación de Trabajo: mantenimiento del ritmo y horario, seguimiento de instrucciones, ejecución de tareas, llevarse bien con sus compañeros, seguimiento de precauciones de seguridad y responder a emergencias y planificación del trabajo y supervisiones a otros.






Procedimiento.

La información recogida a partir del paciente o autoinforme, describe el punto de vista del sujeto en la valoración sobre su desempeño en las tareas rutinarias y el informe del cuidador describe la misma información pero bajo la perspectiva del cuidador.

A los sujetos que puedan leer, se le facilitara el procedimiento a seguir y se le otorgaran las pruebas a realizar de tal manera, que él mismo lo lea y determine que ítems desde su punto de vista, describe mejor su desempeño ocupacional en dichas tareas. Por otro lado, si no es posible una lectura activa por parte del paciente y/o cuidador, este será leído por el Terapeuta.

Por ultimo, el informe realizado por el Terapeuta o examinador, describe los patrones de desempeño del paciente, tal y como los ha observado. Cabe que destacar, que el terapeuta ha de observar al paciente en cuatro de las tareas dentro de cada una de las áreas a observar y a establecer una puntuación sobre las mismas. El Terapeuta debe de indicar que tareas fueron observadas y la duración de tales observaciones, en el formulario de informe.

Está permitido, que la observación del paciente en diferentes contextos, sea llevada a cabo por un equipo de Terapeutas, los cuales deberían anotar todo tipo de observación y exponerla en común con el resto de profesionales, en todo momento.

Puntuación.

Los rangos de puntuación oscilan respecto a los niveles cognitivos, como se muestra a continuación: E. Física (1-5), E. Comunidad (2-6), E. Comunicación (1-6) y E. Preparación en el trabajo (3-6).

Se anotará la puntuación conveniente al nivel cognitivo más alto que se pueda corresponder con el desempeño observado del paciente, en cada tarea. Si el comportamiento que se ha observado en una tarea especifica aparenta atravesar dos niveles de funcionamiento, se deberá otorgar una puntuación intermedia entre ambos. Si este hecho se plantea en cuatro tareas dentro de un área, se calculará un puntaje bajo para esa área.

Para establecer la puntuación correspondiente a cada una de las cuatro áreas, se puede determinar calculando una calificación a grandes rasgos para cada área, a partir de realizar una media de las puntuaciones obtenidas en cada una de las tareas que constituyen cada área.

Debido a que las diversas escalas, pueden ser completadas a partir de diferentes fuentes, cada puntuación será registrada en su correspondiente columna, obteniéndose finalmente, tres puntuaciones por cada una de las áreas existentes, las cuales pueden ser útiles para compararse entre si.

Clasificación.

Los niveles cognitivos que Allen maneja para determinar el estadio de afectación en que se encuentran los pacientes y para conceptuar los fundamentos de la intervención, son los que se presentan a continuación. Las capacidades funcionales o restricciones presentes en cada nivel, se encuentran consignadas de acuerdo a las tres dimensiones propuestas a través del modelo de procesamiento de información.

Nivel 1: Reflejo

Las señales sensoriales percibidas en este nivel son principalmente internas, siendo la atención dirigida a las señales externas prácticamente nula.
Se espera la emisión de una acción motora, tras la excitación del sujeto, mediante la estimulación, dichas respuestas son espontáneas y emitidas de manera automática
.
Nivel 2: Movimiento

La atención se dirige a señales propioceptivas, originadas a partir del movimiento y/o percepción corporal. Las acciones motoras están encaminadas a la repetición de secuencias muy simples y placenteras para el organismo, limitadas a la capacidad de imitación, que no impliquen el uso de habilidades de gran precisión y complejidad, viéndose plenamente imposibilitada la capacidad de aprendizaje.
           
Nivel 3: Acciones repetitivas

En este nivel, las señales sensoriales externas, concretamente táctiles son percibidas, dirigiéndose la atención hacia estas y objetos familiares que pueden ser manipulados. Las acciones motoras, destacan por haber sido experimentadas y realizadas en más ocasiones por el sujeto y de simple realización, compuestas por un único paso. No cabe esperar que el sujeto adquiera nuevos aprendizajes.

Nivel 4: Producto final

La atención es dirigida hacia muestras concretas, familiares y visibles, percibiéndose tanto estímulos táctiles como visuales. Es posible, la ejecución de tareas dirigidas a un objetivo claro y fácilmente predecible por el individuo, acciones encaminadas para obtener o cumplir un objetivo determinado.    

Respecto a las acciones motoras, el sujeto es capaz de realizar aquellas tareas que comprendan una secuencia de dos o tres pasos, bajo una directriz familiar para el mismo.

Nivel 5: Variaciones

El individuo es capaz de dirigir su atención hacia dos o más objetos simultáneamente, y  presentar cierto interés acerca de las propiedades de los mismos. Las acciones motoras, se dirigen hacia un objetivo o propósito determinado, encaminadas a producir un efecto deseado, siendo estas en su mayoría exploratorias y viéndose aumentada su extensión, abarcando una secuencia de cuatro o cinco pasos diferentes y al mismo tiempo. El individuo es capaz de aprender haciendo y de funcionar relativamente de manera independiente.


Nivel 6: Pensamiento abstracto

En este último nivel, la atención es atraída por señales simbólicas y abstractas y las acciones motoras son predecidas por un proceso de planificación y no muestran ningún tipo de restricción que dificulte su desempeño. Por tanto, se contempla una plena capacidad de aprendizaje, tanto a familiares como a nuevas situaciones. Teóricamente este nivel representaría la ausencia de discapacidad cognitiva.

Actividades.

A continuación se detalla una breve intervención, de acuerdo a cada nivel cognitivo con su respectiva actividad. Cabe destacar, que a la hora de seleccionar las actividades a realizar por el paciente, es importante tener siempre en cuenta y presente, su historia ocupacional y gustos o preferencias personales, para poder determinar que actividades se adaptan mejor dentro de su tratamiento e intervención terapéutica

Nivel 1 - Reflejo

Actividad: respecto a este nivel abordar la modificación de las actividades de acuerdo a la demanda de habilidades por parte de la actividad a realizar, de acuerdo a las habilidades presentes en el paciente, no es realista. Es por ello, que se contempla una intervención basada en la estimulación sensorial, en función de las habilidades presentes y correspondientes a un paciente que se encuentre clasificado en este nivel.

A través de la estimulación sensorial, se pretende alcanzar un estado de receptividad sensitiva por parte del sujeto, tratando de obtener una mejora en el bienestar general de la persona y un mayor equilibrio psicofísico, el cual repercute en el patrón ocupacional del paciente, en su vida diaria.

La estimulación sensorial al igual que todas las actividades propuestas en los diversos niveles, puede ser llevada a cabo tanto por familiares, como por profesionales, es por ello que es de suma importancia la formación a familiares y cuidadores de los pacientes, de manera que colaboren a lo largo del proceso terapéutico. Las actividades a realizar, proporcionarán estímulos olfativos, táctiles, gustativos, visuales y/o auditivos.

Nivel 2- Movimiento

Actividad: todas las actividades, prescritas dentro de este nivel, convergerán en los siguientes puntos en común: requerirán o demandaran la capacidad para imitar acciones motoras gruesas, que impliquen movimientos simples y que comprendan un único paso o tarea de manera repetitiva. Además las actividades indicadas a realizar dentro de este estadio o nivel, deberán de ser familiares para el sujeto, es decir, previamente al programa de intervención, deberán de haber sido actividades realizadas dentro de la rutina y de acuerdo a los roles del paciente, siendo estas actividades significativas para el mismo.

A modo de ejemplo, algunas de las posibles actividades a realizar serian; cortar verdura, doblar la ropa o limpiar muebles (siempre y cuando, estas fueran actividades significativas y en el pasado fuesen realizadas habitualmente por el sujeto). Igualmente, muchas actividades instrumentales de la vida diaria, pueden realizarse proporcionando un modelo o demostración para que el sujeto lo siga, puesto que en este nivel las habilidades del paciente por regla general, se encuentran limitadas a la capacidad de imitar, acciones simples.

Queremos resaltar, que no es posible la adquisición de nuevos aprendizajes, dado que el paciente se encuentra limitado para llevar a cabo una actividad al  momento de experimentar un efecto sobre su cuerpo a nivel  del sistema musculoesquelético.

Nivel 3 - Acciones repetitivas

Actividad: proporcionar actividades orientadas a la acción en única dirección destinadas a un resultado predecible, muy familiar y que impliquen una acción motriz sencilla. Es decir, proporcionar actividades adaptadas a las habilidades y/o capacidad de la persona, que refuercen la relación entre las acciones y efectos táctiles predecibles en el ambiente. Dentro de este nivel, no es oportuno considerar la posibilidad de la adquisición o aprendizaje del procedimiento a realizar por parte del sujeto.

Es necesario y de mucha utilidad, mostrarles paso a paso actividades deportivas tales como, natación o montar en bicicleta o actividades referentes al mantenimiento del hogar, como pueden ser; lavar la ropa a mano, cuidar el jardín o lavar el coche o actividades relacionadas con cocinar, como:  lavar y secar los platos o pelar y cortar verduras.

Nivel 4 - Producto final
Actividad: se le proporcionará al paciente actividades destinadas a alcanzar unos objetivos específicos, destacando por ser estas, unas actividades predecibles, familiares y concretas, conformadas por dos o tres pasos (obviamente, de mayor dificultad a las prescritas en el nivel anterior). Cabe destacar, la necesidad de que dichas actividades se encuentren a salvo o con pocas probabilidades de errores, debido a la dificultad por parte del paciente para llevar a cabo la resolución de problemas, de manera satisfactoria y así evitar una posible sensación de frustración por parte del mismo.
La mejor forma para ello es incorporar en su rutina diaria trabajos de jardinería, actividades relacionadas con el mantenimiento del hogar, tales como; limpieza, lavado de ropa, preparación de comidas simples o comprar productos y artículos familiares. Además, de practicar deportes familiares, actividades de danza, juegos de mesa sencillos, escribir cartas o caminar por lugares conocidos. Este tipo de actividades concretas y cotidianas no solo protegerá su dignidad sino que además preservará sus roles, contemplándose dentro de este nivel la capacidad de aprender el procedimiento a trabajar, por parte del sujeto.
Nivel 5- Variaciones

Actividad: seguramente en este nivel la mayoría de las actividades puedan llevarse a cabo de manera satisfactoria, debido a que los individuos funcionan relativamente de modo independiente. Las limitaciones cognitivas, se hacen visibles cuando la persona intenta realizar actividades que requieren atención sobre elementos abstractos y simbólicos tales como los que llevan instrucciones escritas o habladas, diagramas o dibujos (envases o envoltorios). Es necesario que aquellas actividades que requieran atención sobre estos elementos sean  eliminadas, puesto que deben evitarse.

Con respecto a las actividades recomendadas a realizar, la presentación de las de mayor complejidad a las citadas previamente, que comprenda un mayor número de tareas, concretamente cuatro o cinco pasos, con resultados relativamente visibles, a pesar de que contemplen la posibilidad de la presentación de ligeros problemas, fomentando la resolución de los mismos por parte del sujeto. Desde la intervención, en este nivel, se pretende fomentar la realización de acciones exploratorias y la capacidad de aprender a través del hacer.

Nivel 6 - Pensamiento abstracto
Este nivel representa la ausencia de discapacidad cognitiva, lo cual indica que para compensar limitaciones cognitivas no se requiere adaptaciones en las actividades.
Teóricamente no hay incapacidad cognitiva, por lo que el individuo es totalmente funcional e independiente.

Respecto a la intervención, el modelo de discapacidad cognitiva, además de indicar las actividades propias a realizar en función del nivel cognitivo dentro del tratamiento, defiende y resalta el  análisis de la actividad y del entorno, conjunto a la identificación de las capacidades y limitaciones cognitivas del paciente, con el fin de modificarlos de acuerdo a sus necesidades, de manera que pueda mantener el mayor grado de independencia posible.

Cabe destacar, que cada individuo es único, caracterizado por la presencia o restricción de una serie de habilidades propias de su enfermedad y/o persona, que se pueden corresponder o no, en mayor o menor medida con el estadio o nivel en el que se encuentra adscrito dentro del curso evolutivo de su enfermedad. Con esto último, queremos decir que las medidas a tomar, respecto a la intervención, a pesar de encontrarse aconsejadas y clasificadas dentro de una fase/s clínica/s determinadas, deberán de ser adaptadas y combinadas de manera que proporcionen el mayor nivel de independencia posible, en función de la persona a la que estén destinadas, de acuerdo con sus necesidades y deseos.

Por último, es de suma importancia la interacción entre el Terapeuta Ocupacional y la familia y/o cuidadores, a lo largo de todo el proceso. Como hemos podido observar anteriormente, los familiares y/o cuidadores ya son participes de la intervención en las pruebas de valoración y continúan siendo una figura esencial a lo largo del mismo. El Terapeuta Ocupacional aportará a la familia, cierta información, variando en función de la situación individual del paciente, aportando consejo sobre productos de apoyo, supresión de barreras arquitectónicas, acomodación y medidas de seguridad en el hogar. Al mismo tiempo, que les formemos acerca de la manera de administración y/o realización de las actividades, puesto que es importante, proporcionarles conocimientos acerca de la metodología referente  a la presentación y realización de las actividades, que conformaran, el tratamiento del paciente, puesto que los familiares y/o cuidadores se consideran una pieza de vital importancia, a lo largo del proceso de intervención.

Las actividades, base fundamental de la Terapia Ocupacional, se analizan con el fin de modificarlas y ajustarlas a las capacidades de la persona dentro de su rutina diaria, de sus intereses y de sus interacciones sociales (las tareas han de ser seleccionadas y modificadas de acuerdo con las habilidades del paciente), en combinación con las adaptaciones realizadas dentro del entorno físico del sujeto, en caso de que sean pertinentes.


CONCLUSIÓN.

Luego de un exhaustivo estudio y análisis del Modelo de Discapacidad Cognitiva desarrollado por Claudia Allen, consideramos que puede significar un gran aporte para los Terapeutas Ocupacionales de habla hispana. Ya que se trata de un marco idóneo y altamente especializado en patologías que cursan un deterioro cognitivo.

El desconocimiento y la escasa divulgación de dicho modelo tanto en Latinoamérica como en España dificultan la extensibilidad de su uso y puesta en marcha en el ámbito de nuestra profesión, privándose del beneficio de este a muchos profesionales y pacientes. Esta situación, por el contrario, contrasta con países de habla inglesa que llevan utilizando dicho modelo desde hace muchos años, cuestión que hace que las regiones y países antes mencionado se vean en desventaja.

Cabe destacar, que este modelo centra su intervención a través de la ocupación, entendiéndose por esta:

Ocupación: es esencialmente percibido como el hacer de un individuo, que esta dirigida a metas y que implica un significado para el mismo (Gray, 1997)”[20].

La intervención a través de la ocupación propia de Terapia Ocupacional,  resalta por ser una de las bases o principios de la disciplina. La cual se confirma en la intervención propuesta por este modelo ya que las actividades pautadas, se sitúan dentro de la rutina diaria del paciente, tratando de alcanzar el mayor nivel de independencia y autonomía posible por parte de los sujetos.De igual forma, siempre será una intervención acorde a las características individuales de cada persona, con el objetivo de retardar el curso de la enfermedad, mantener las capacidades de funcionamiento durante el mayor tiempo posible y a su vez, mejorar la calidad de vida del enfermo.

Respecto a todo ello, debemos tener presente, el concepto de persona como un ser único e integral, bajo un punto de vista holístico. Adaptando siempre nuestra intervención en función de las características particulares y las preferencias o deseos de todos los pacientes, siendo todo ello definitorio de nuestra profesión.
Referencias




[1] El Marco de referencia de la discapacidad cognitiva - “Su aplicación en los adultos mayores” http://www.terapia-ocupacional.com
[2] http://chguv.san.gva.es/Blog/Lists/Entradas%20de%20blog/AllItems_copy%281%29.aspx
[5] Alzheimer A. (1907) Über eine eigenartige Erkrankung der Hirnrinde. Allegemeine Zeitschrift für Psychiatrie und Psychisch-Gerichtliche Medizin; Berlín. 64: 146–48.

[6] Martínez Lage J, M., Martínez Lage,. Álvarez, P. (1996) Concepto, criterios diagnósticos y visión general de las demencias. En: Manual de demencias. López-Pousa, S., Villalta, J., Llinás, J. (eds.). Prous Science, Barcelona – España.

[7] De la Vega, R. y Zambrano, A. Criterios diagnósticos de las demencias [en línea]. Circunvalación del Hipocampo, abril 2011 [Consulta: 24 octubre 2013]. Disponible en: /criterios.asp.

[8] DSM-IV. (1995) Delirium, demencia, trastornos amnésicos y otros trastornos cognoscitivos. DSM-IV. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.

[10] De Ajuriaguerra, J. (1993) Estadios del desarrollo según Jean Piaget en: Manual de Psiquiatría Infantil. Barcelona-México, p.24-29

[11] ”El Marco de referencia de la discapacidad cognitiva - “Su aplicación en los adultos mayores” “ITS APPLICATION IN OLDER ADULTS” http://www.portalto.com.ar/?p=86

[12] “Marco de Referencia de la Discapacidad Cognitiva de Claudia Allen” http://cosasdeterapeutaocupacional.blogspot.com/2009/06/marco-de-referencia-de-la-discapacidad.html

[13]Recorrido histórico del modelo de la discapacidad cognitiva y su herramienta de evaluación: El ACLS-5 nueva versión”. http://www.espaciotovenezuela.com/oct2012/modelodiscapacidad_cognitiva_historia.pdf

[14] Allen, C.K. (1985). Occupational therapy for psychiatric diseases: Measurement and management of cognitive disabilities. Boston: Little, Brown, and Company.

[16] Burns, T., Mortimer, J. A., & Merchak, P. (1994). Cognitive Performance Test : A new approach to functional assessment in Alzheimer’s disease. Journal of Geriatric Psychiatry and Neurology,7 (1),46-54.

[17] Earhart, C. A., Allen, C. K., & Blue, T. (1993). Allen Diagnostic Module: Manual. Colchester, CT: S & Sworldwide.

[18] Alberca R., López Pousa S., et al. (1998) Enfermedad de Alzheimer y otras demencias. 1ª ed.: Editorial Médica Panamericana. España

[19] Arango Lasprilla, J. C., Fernández Guinea, S. Ardila, A. (2003) Las demencias. Aspectos clínicos neuropsicológicos y tratamiento. Primera edición. México, Santa Fé de Bogotá: Manual Moderno Editores

[20] Gray, J, M. (1997). Application of phenomenological method of ceonceptualization to the concept of occupation. Journal of Occupational Science; Autralia, 4,5-17.
   

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