lunes, 6 de julio de 2015

Raíces que dieron origen a la terapia ocupacional en argentina

Raíces que dieron origen a la terapia ocupacional  en argentina


Autores:
Jorge Valverdi
Lic. en Terapia Ocupacional. Jefe de Actuaciones internas de la Dirección General de Auditoría Médica del Ministerio de Salud.
Integrante del equipo terapéutico para la atención de personas con adicciones de la Red de Clínicas Crecer. Santa Fe – Republica Argentina.
Magíster en Salud Mental y Adicciones (Atlantic International University). USA.
Doctorando en Salud Mental y Adicciones (Atlantic International University). USA.

Maria Celeste Alvarez

Médico de planta del Ministerio de Desarrollo Social – Dirección General de Políticas Sociales en Adicciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- Republica Argentina.
Médico de planta del Ministerio de Salud – Subsecretaría de Atención a las Adicciones – Provincia de Buenos Aires- Republica Argentina.
Integrante del equipo terapéutico para la atención de personas con adicciones de la Red de Clínicas Crecer. Santa Fe – Republica Argentina.
Magíster en Salud Mental y Adicciones (Atlantic International University). USA.
Doctorando en Salud Mental y Adicciones (Atlantic International University). USA.



Introducción  

Las culturas y civilizaciones surgieron como consecuencia de un deseo constante, y de la necesidad que el hombre presentaba en su vida cotidiana.

Existen escritos que dejan testimonios de que en la prehistoria el hombre buscaba la supervivencia, creando armas y diversos utensilios; o trasladándose de un lugar a otro en busca de beneficios y tenían un profundo sentido de lo sagrado. En la edad antigua el hombre dependía de las condiciones climáticas para poder cultivar, para lo cual se observa que las actividades tenían un valor incalculable y una búsqueda constante de progreso y creatividad.

En este sentido, las actividades y su uso terapéutico han sido valoradas desde los inicios de la humanidad, desde la confección de vasijas, piedras talladas, construcción de armas y hasta la creación de dibujos.

Si bien Terapia Ocupacional recién comienza a tener referencias partir del siglo XX, ya existían indicios de escritos en Egipto 2000 a.C. en los que se mencionaba que multitudes de melancólicos acudían a los templos es buscaba de alivio, en estos templos se desarrollaban diversos juegos y actividades recreativas, de manera tal que cada persona pudiera llenar su tiempo con alguna ocupación placentera.

Otros autores como Howarth, et al (1940)[i] destacan que alrededor del año 30 a.C., Séneca, un orador y escritor romano, para tratar todo tipo de agitación mental, recomendaba mantenerse ocupado la mayor parte de tiempo. Mientras que el medico griego Soranus, en los años 98-138 a.C., entendía que tanto el entorno como sus actividades placenteras eran útiles para los pacientes.


Según Le Clerc (1967)[ii] en la Grecia clásica, Asclepio quien era el dios de la medicina, aplacaba los delirios con canciones, música y representaciones teatrales, estas formas de tranquilizar fueron registradas por un escritor romano de nombre Martianus Capella, aproximadamente en el año 430, citando la creencia del dios griego de la medicina en el sentido curativo de la música y las canciones para tratar ciertos trastornos mentales y enfermedades del cuerpo.

A principios del primer siglo de la era cristiana, de igual modo que Asclepio, Cornelius Celsus, un erudito romano, recomendaba según sus escritos (que también incluyen un manual para la práctica quirúrgica), practicar la música, la conversación, la lectura, el ejercicio hasta el cansancio, realizar viajes y cambiar de aires para aliviar las mentes atormentadas.    
Galeno el prestigioso medico griego, que en los años 130-200 a.C. trataba las heridas de los gladiadores, defendía el tratamiento ocupacional, proponiendo cavar, pescar y construir casas y barcos. Howarth, et al (1940)[iii] mencionan que este famoso médico dejó para la posteridad la frase: “el trabajo es el mejor médico de la naturaleza”.

Contrariamente a estos autores, Licht cuestiona esta afirmación, según su opinión respecto a la frase de Galeno, fue sacada de contexto, debiendo en consecuencia entenderse que: “el ejercicio es el medico natural”, pero si relacionamos esto con las actividades terapéuticas, el ejercicio al que se refiere no tiene vinculación alguna con los objetivos de la Terapia Ocupacional (…), lo que Galeno indica claramente, es que él prefiere el ejercicio a la medicación o la dieta, por sus efectos sobre el tracto digestivo.

En este contexto y debido a que la traducción es inadecuada, este autor, entendía que los terapeutas ocupacionales citaban reiteradas veces tal afirmación. No obstante, y aún hasta la actualidad, numerosos ejemplos fueron citados con respecto al valor terapéutico de estar ocupado.

Entre los años 852-932 a.C. Rhazes; medico árabe; recomendaba que los pacientes debían jugar ajedrez y que estos tenían que esforzarse en su rehabilitación.
Afirmando lo que el autor anterior expone, siglos después, Bartholemeu, un clérigo del siglo XIII, deja un texto en su enciclopedia que los pacientes enfermos deben “alegrarse con instrumentos y ocuparse en algo” Licht (1948)[iv].  

El tratamiento en los siglos XVIII y XIX        

En el Reino Unido la comprensión de la naturaleza y tratamiento de la enfermedad, se remonta al siglo XVIII tiempo en que se pensaba que la llave para el tratamiento de los llamados “lunáticos” se originaba en propiciarles miedo por medio de castigos. De esta manera se pusieron en marcha diversas formas de tratamientos crueles y martirizadores los que derivaban de la Edad Media, estos mal llamados “lunáticos” no solo eran desposeídos de los derechos y necesidades, sino que también eran ridiculizados, confinados y castigados.

De modo opuesto a todo esto, Philippe Pinel (1745-1826) medico famoso aún en la actualidad por introducir reformas en el tratamiento de los pacientes con enfermedad mental y por suprimir los grilletes en los manicomios, prescribió ejercicios físicos y ocupaciones manuales en su creencia de que el trabajo manual ejecutado con rigor, es el mejor método para asegurar una buena moral y disciplina (Pinel)[v] .

que consistía en sustituir la perspectiva acerca de que las personas que presentaban una enfermedad mental, podrían ser peligrosas e incurables y que debían ser confinadas, para ser reemplazada por otra orientación mas humanista y de amabilidad, con abordajes que desde sus vidas cotidianas se relacionaran con ocupaciones creativas y recreativas para reestablecer la salud mental.



Este autor, en sus escritos resaltaba que en un hospital de España ingresaban pacientes de todas las clases sociales, observando un indicador de curaciones mayor entre las clases sociales bajas debido a que realizaban tareas dentro del hospital, en relación a los ociosos aristócratas. No obstante a estas notorias curaciones, los directivos de los hospitales públicos, no veían con buenos ojos que estos pacientes que pagaban por su tratamiento tuvieran que trabajar y consideraron que no era aconsejable que así lo hicieran. 
Alrededor de la misma época, en Cork (Inglaterra), se funda el hospital “El Retiro” para enfermos mentales, este hospital tenía una orientación humanista regenteado por cuáqueros. Al observar este perfil de pensamiento, un gran número de médicos tomaron sus ideas y, en el siglo XIX se difunde la aceptación del trabajo como forma de tratamiento, puntualmente para aquellas personas que padecían una enfermedad mental.



Alrededor del año 1798, el doctor Benjamin Rush quien residía en Filadelfia, comenzó a recomendarles a las mujeres, que incorporen en sus actividades diarias tareas tales como hilar, coser o hacer mantequilla, mientras que los hombres debían moler maíz, hacer huertas jardinerías y segarlas.


 

En un artículo sobre “Casa de locos” escrito por Percy Anecdotes en el año 1821, enfatizaba que si el paciente realizaba trabajos moderados y lo combinaba con el esparcimiento, podría ser el mejor sistema curativo, por lo que consideraba que debía realizar tareas tales como imprimir, traducir, hacer actividades musicales y tejer prendas de lana, Howarth, et al (1940).      

El Journal of Insanity, publicaba en el año 1897 una idea del doctor G. Blumer que expresaba: “comparado con el tratamiento farmacológico que se aplica a la mayoría de la población de los manicomios, una ocupación adecuadamente sistematizada y diversificada ejerce unos efectos muy superiores” Licht (1948).  
A principios del silgo XX, surgieron cada vez mas artículos y experiencias que demostraban que estar ocupado es altamente efectivo para el tratamiento de las personas con problemas mentales
No obstante todos estos escritos, Haas (1925)[vi], por aquellas épocas director de las actividades terapéuticas para hombres en el Bloomigdale Hospital de New York, destacaba que todos los textos escritos anteriormente eran “una gran cantidad de breves sentencias sobre los beneficios del trabajo para los pacientes”.

Otro antecedente a mencionar es que según Dunton, los médicos de aquella época comunicaban “casos (…) de pacientes mujeres que deshilaban sus medias para tener hilo para tricotar, usando como agujas, horquillas de pelo”. Dunton además indagó el origen histórico de la Terapia Ocupacional, destacando que esta disciplina se remonta al movimiento denominado "tratamiento moral" del enfermo, este se caracterizó por dispensarle una vida en un ambiente saludable, con el desarrollo de hábitos sociales beneficiosos, una alimentación apropiada y una actividad adecuada y organizada. (Dunton, et al 1950)[vii] .

Philippe Pinel fue un médico de origen francés, que se dedicó al estudio y tratamiento de las enfermedades mentales.

Pertenece al grupo de pensadores que constituyeron la clínica médica como observación y análisis sistemático de los fenómenos perceptibles de la enfermedad. A partir de estas observaciones y análisis, se establecieron las primeras clasificaciones de las enfermedades mentales.
Pinel, impulsaba la humanización del trato que se daba en esa época a las personas hospitalizadas, eliminando como primera medida, el encadenamiento a las paredes [viii].

Consideraba además a la ocupación como un elemento central en la idea de lo que se denominó como "tratamiento moral".
Introdujo entre otros, la realización de actividades como la música, la literatura, el ejercicio físico y el trabajo. Esta perspectiva pasó a formar parte del programa terapéutico de las instituciones psiquiátricas de la época, con la condición de que las actividades que el paciente llevara a cabo fueran de su agrado[ix].

La comunidad internacional ha señalado que, históricamente, el "tratamiento moral" es el antecesor más claro de la terapia ocupacional.

William Dunton, fue unos de los que propuso analizar de manera sistemática las ocupaciones, en relación a los fondos económicos y la metodología, debido a que son elementos fundamentales para investigar en terapia ocupacional. Propuso además, crear una fundación para patrocinar las investigaciones, dado que no era posible obtener donaciones para llevarlas a cabo.

William Rush presentó en su publicación un credo que acerca de terapia en tiempos de guerra: “La ocupación es tan necesaria como el alimento y la bebida. Todos los seres humanos deben tener una ocupación tanto física como mental… Las mentes enfermas, los cuerpos enfermos, las almas enfermas pueden curarse gracias a la ocupación” (191, pag. 11)[x]. Este credo induce a los terapeutas para que observen desde otro punto de vista a la ocupación, y sea el eje central en las actividades que se les propongan a los pacientes.    

Terapia ocupacional en el siglo XX       

Los comienzos de la terapia ocupacional en EE.UU.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, según destaca Eaton (1949)[xi] , en EE.UU., el movimiento de artes y oficios, centraba su atención más en la salud en general como algo holístico que en un área de enfermedad especifica. Desde esta perspectiva los profesionales observaron cómo el deterioro general de la salud se había establecido en diversas fábricas de las grandes urbes. Si bien en el siglo XIX el conocimiento acerca de la salud era escaso, algunas personas pudieron comprender la relación que existe entre el ejercicio físico y el aire puro, y como esta influía en la buena salud. A pesar de esto, esta relación se perdía en las grandes ciudades y fabricas.

En estas grandes ciudades industriales, donde se habían radicado fábricas (Naylor. 1971)[xii], existían condiciones de trabajo que contribuían a producir enfermedades ocupacionales, debido a la exposición continua a los agentes tóxicos y a la escasa ventilación, ya que es en el medio laboral donde la exposición a estos agentes suele ser más intensa y por tanto, más susceptible de producir enfermedades.
En la actualidad se puede observar algunos ejemplos de esta circunstancia como la silicosis, enfermedades pulmonares que afectan a los mineros, trabajadores de la industria y alfareros por la exposición al polvo de sílice; el cáncer de escroto en los deshollinadores, en relación con el hollín.

Los participantes del movimiento de artes y oficios originado en EE:UU, como en una reacción a la precariedad existente en esa época, les plantearon a los trabajadores que se habían establecido en las grandes ciudades, que vuelvan a vivir en las pequeñas villas y que retornen a la agricultura o que fabriquen productos útiles y funcionales cuyo resultado final fueran objetos finos de artesanía manual, en los que el cuerpo y la mente pudieran participar, basándose en una buena planificación. Como menciona Marsh (1982)[xiii], el objetivo de estas recomendaciones era que se convirtieran en artesanos diestros para que pudieran producir bienes y servicios, que promovieran la confianza en sí mismos.

No obstante a esta recomendación, los trabajadores no dejaron sus empleos en las grandes ciudades de EE.UU., pero sí se interesaron en el movimiento de artes y oficios, por optimizar la planificación para fabricar artesanías manuales, definir el rol de trabajador de oficio que les permitiera promover mejoras tanto en la salud física como mental.

Si bien el movimiento de artes y oficios incursionó en distintas ramas y profesiones, tales como el empapelado de paredes y la impresión de libros, posteriormente se trasladó a la educación y a la terapéutica, proporcionando dos enfoques: uno que se conocería como ocupación de sala, cuya finalidad sería las actividades para personas inválidas incluyendo las distracciones, lo que más tarde tomaría el nombre de terapia de diversión. El otro enfoque recibió diversos nombres entre los que se pueden destacar, entrenamiento manual, educación vocacional y entrenamiento ocupacional. En este sentido, los dos enfoques tienen distintos objetivos y por lo tanto rivalizan por la importancia en la Terapia Ocupacional.    

El primer enfoque o terapia de la diversión, predominará en la práctica psiquiátrica en personas con trastornos mentales, mientras que el segundo enfoque o entrenamiento ocupacional, se centrará en personas con discapacidades físicas, aunque algunos terapeutas ocupacionales que trabajan en el área de la salud mental remontaran las ideas de la terapia industrial, la terapia laboral y la rehabilitación psíquica.

Uno de los primeros estudios sistemáticos acerca de los efectos de la ocupación sobre la salud mental, lo realizó el Doctor Herbert James Hall (1910)[xiv], quién observó como sus pacientes mejoraban al utilizar las ocupaciones e incorporar  horarios de actividades como sistema terapéutico. Al encontrarse íntimamente relacionada con el Doctor Hall, Jane Addams (1900)[xv], quien trabajaba en el servicio social, comenzó a interesarse por las artes y oficios, fundando en ese entonces la Casa Hull, mostrándoles a los inmigrantes que si bien la realización de los artículos manuales había cambiado a través del tiempo, los productos como los hilados y el tejido eran básicamente los mismos.
Siguiendo con el orden de los precursores en la terapia ocupacional, también es necesario mencionar a Susan Tracy (1910)[xvi], de profesión enfermera, que en el año 1910 escribió el primer libro sobre Terapia Ocupacional, denominado Studies in invalid Occupations (Estudios acerca de las ocupaciones para inválidos), en este libro se describen las actividades artísticas o manuales que ella seleccionaba para cada paciente.

Otro abordaje sobre artes y oficios fue desarrollado por Adolph Meyer (1922)[xvii], que tomando las ideas principales del tratamiento moral crea su propia filosofía de lo que es la actual Terapia Ocupacional. Consideraba que los trastornos mentales se debían a problemas de adaptación, de deterioro de los hábitos o comportamientos desorganizados que provocaban problemas para vivir y de la falta de equilibrio entre trabajo y ocio.

Este autor sostenían que un individuo debía organizar su vida diaria en distintos periodos tales como: periodo de trabajo, juego, reposo y sueño, en este sentido el ciclo de tiempo y actividad ayuda a la persona a lograr equilibrio y armonía con la naturaleza.

En los comienzos de esta disciplina, el médico prescribían, y dirigía el tratamiento. No obstante, en la actualidad los profesionales de terapia ocupacional, reciben la derivación del médico pero pueden determinar el curso del tratamiento sobre la base de sus propias evaluaciones.


Adolph Meyer, se formó en universidades de Suiza, Francia, Inglaterra y Alemania, y en 1892 emigró a Estados Unidos, donde profundizó en las áreas de la neuroanatomía y la neurofisiología. En el año 1922, presentó el primer artículo para la revista Archives of Occupational Therapy, cuyo nombre fue “La filosofía de la terapia ocupacional”. Siendo este unos de los pilares para la Terapia Ocupacional.

Por último hay que mencionar que Louis Haas (1925), prestaba servicios en el Hospital Bloomingdale como maestro de oficios donde permaneció allí a lo largo de su carrera profesional, escribió acerca de las artes y oficios con propósitos terapéuticos, defendiendo el rol de los terapeutas ocupacionales. Este autor en el año 1925, escribió además el libro Occupational Therapy of the Nervous and mentally III, utilizado para enseñar a los terapeutas ocupacionales prácticas en personas con trastornos mentales.

Definición de la terapia ocupacional según la AOTA

A lo largo de la historia de Terapia Ocupacional, los profesionales de esta disciplina la describieron y definieron de diversas maneras, según Mac Nary (1947)[xviii] la definición más aceptada fue “terapia ocupacional es cualquier actividad física o mental, prescripta por el médico y guiada profesionalmente para ayudar a un paciente a recuperarse de una lesión o enfermedad”.

Al producirse cambios en la sociedad, y al acrecentarse las demandas de los servicios de Terapia Ocupacional, los profesionales que existían en esa época eran insuficientes para satisfacer las necesidades, debido a que Terapia Ocupacional era una disciplina muy reciente y por lo tanto no podían abastecer a la población de actividades terapéuticas.

De esta manera, otras disciplinas como terapia de recreación, arte-terapia, músico-terapia, entre otras, fueron asumiendo algunas actividades de tratamiento que pertenecen a la Terapia Ocupacional. Con el correr de los años, se fueron formulando distintos intentos para modificar la definición, cuya finalidad fue  reflejar los cambios ocurridos en la práctica y establecer una relación con la medicina.


En 1972, la Asamblea de Delegados de la Asociación Americana de Terapia Ocupacional (A.O.T.A.)[xix], acepta una nueva definición:
         “Terapia Ocupacional: es el arte y la ciencia de dirigir la participación del hombre en tareas seleccionadas para restaurar, fortalecer y mejorar el desempeño. Facilitar el aprendizaje de aquellas destrezas y funciones esenciales para la adaptación y productividad, disminuir o corregir patologías, promover y mantener la salud. Interesa fundamentalmente la capacidad a lo largo de la vida, para desempeñar con satisfacción para sí mismo y para otras personas aquellas tareas y roles esenciales para la vida productiva, el dominio de de si mismo y el ambiente.

Al conocerse mejor y al aclararse la practica en el ámbito de Terapia Ocupacional, en el año 1986, la asamblea representativa en Detroit adopta la definición del diccionario, la que queda establecida de la siguiente manera:
“Terapia Ocupacional: Es la utilización terapéutica de las actividades de autocuidado, trabajo y lúdicas, para incrementar la función independiente, mejorar el desarrollo y prevenir la discapacidad. Puede incluir la adaptación de las tareas o el ambiente para lograr la máxima independencia y mejorar la calidad de vida”. (Definición del diccionario. 1986 p. 852)[xx] .

Con el transcurso del tiempo la definición sufrió modificaciones, y tuvo que ser readaptada, teniendo en cuenta que había quedado desactualizada debido a que no solo el hombre modifica su conducta en función de un objetivo, sino que además sus necesidades se basan de acuerdo a lo que el ambiente le ofrece.
En la actualidad el concepto de terapia ocupacional se define como:
“El arte y la ciencia de ayudar a las personas a realizar las actividades de la vida diaria que sean importantes para su salud y su bienestar a través de la participación en ocupaciones valiosas. La terapia ocupacional se refiere a todas las actividades que ocupan el tiempo de las personas y que dan significado a sus vidas”

Al observar analíticamente las definiciones anteriormente mencionadas, se puede determinar que esta disciplina focaliza su atención en las áreas de desempeño funcional, autocuidado, trabajo, y esparcimiento, como además, en el ambiente humano y no humano, cultural y social, dentro del cual la persona funciona.

En este contexto, según Willard & Spackman (1998)[xxi] para evaluar y efectuar  tratamientos en aquellas personas con déficit en el desempeño, se deben tener en cuenta los componentes del desempeño funcional, estos se refieren a los estímulos que recibe del medio y que se entienden de la siguiente manera:
1.    Componente sensorio motor: en integración sensorial (conocimiento sensorial, procesamiento sensorial y destrezas preceptúales), neuromuscular (reflejos, intervalo de movimiento, tono muscular, resistencia, control postural e integridad de los tejidos blandos) y motor (tolerancia a la actividad, coordinación motora gruesa, cruce de la línea media, lateralidad, integración bilateral, praxis, coordinación motora fina/destreza, integración viso-motora y control oral).
2.    Componentes cognitivos e integración cognitiva: nivel de excitación, orientación, reconocimiento, campo de atención, memoria, realización de secuencia, categorización, formación de conceptos, operaciones intelectuales en el espacio, solución de problemas, generación del aprendizaje, integración del aprendizaje y síntesis del aprendizaje.
3.    Componentes psicológicos y destrezas psicosociales: psicológicos (roles, valores, intereses, iniciación de la actividad, culminación de las actividad y concepto de si mismo); social (conducta social, conversación y expresión de si mismo); y manejo de si mismo (destreza para afrontar situaciones, manejo de tiempo y control de si mismo).

En la actualidad surge un nuevo concepto de lo que es Terapia Ocupacional, según las autoras Helen Hopkins & Helen Smith Willard & Spackman (2005)[xxii] señalan que es el “arte y la ciencia de ayudar a las personas a realizar las actividades de la vida diaria que sean importantes para su salud y su bienestar a través de la participación en ocupaciones valiosas”.

Terapia Ocupacional hace referencia a todas las actividades que las personas realizan y que ocupan parte de su tiempo, dándole significado a sus vidas. Eleanor Clark Slagle (Yerxa 1967)[xxiii] destaca que la autentica Terapia Ocupacional esta centrada en la humanidad de la persona y en su capacidad para elegir e iniciar actividades que brinden la base para el descubrimiento del significado. 

Actualmente Terapia Ocupacional ha desarrollado un cuerpo de conocimientos propio, organizados en una ciencia que es consistente con su filosofía, esta es la Ciencia de la Ocupación.

Yerxa (1962) Junto con Reilly 1967) mostraron preocupación debido a que en sus comienzos, la terapia ocupacional estaba perdiendo el enfoque en el tratamiento holístico, humanista, y se centraba en la profesión mientras se buscaba la especialización. Dejando de lado otras perspectivas teóricas. 

Yerxa (1967), propone a los terapeutas que realizan investigaciones para que participen y promuevan el desarrollo de la base del conocimiento para la profesión. Para ello, el temario está compuesto de tres principios: la práctica centrada en la persona, la práctica centrada en la ocupación y la práctica centrada en la evidencia.

De este modo, en 1989, Elizabeth Yerxa, docente de de la Universidad del Sur de California, crea la nueva disciplina que está dando fundamentos científicos a la profesión, en consecuencia contribuirá a su progreso. La "Ciencia de la Ocupación" está hoy en día en pleno desarrollo en países tales como EEUU, Australia, Sudáfrica, Países Escandinavos y Chile, entre otros.

Durante el desarrollo de esta ciencia, se han establecido esbozos relacionados con las reflexiones filosóficos, vinculadas con el conocimiento de la ocupación humana, no obstante esto, aún no se han dado cuenta del sustento ontológico, ni se ha debatido acerca del procedimiento lógico de la misma.  





Bibliografía


[i] Howarth, et al (1940). en Terapia Ocupacional y Disfunciones Físicas Annie Turner et al. Editorial Elsevier España, 2003.

[ii] Le Clerc. (1969). Citado por Mac Donald y Cols (1970). En Terapia Ocupacional y Disfunciones Físicas. Annie Turner et al. Editorial Elsevier España. 2003.

[iii] Howarth, N.A. Mac Donald E.M. 1940. Theory of occupational therapy for students and nurses. Bailliere, Tindall & Cox, London.
     
[iv] Licht. S. 1948 Occupational therapy sourde book. Williams and Williams Company, Baltimore, MD.   

[v] Pinel, P. (1806). Traite medico-Philosophique de L´allineation mentate. Paris : J. A. Brosson.
      
[vi] Haas, L. J. (1925). Occupational Therapy of the Nervous and mentally III. Milwaukee, Bruce.

[vii] Dunton W. et al. (1950) Occupational Therapy: Principles and practices. 1st. ed. Springfield, Illinois: CC Thomas. 1950.

[viii] Bercherie, P. (1986). Los Fundamentos de la Clínica, Historia y Estructura del Saber Psiquiátrico. Buenos Aires: Ed. Manantial.

[ix] Weiner, D. B. (1999). Comprendre et soigner. Philippe Pinel (1745-1826), la médecine de l'esprit. Paris: Librairie Arthème Fayard.

[x] Dunton, WR (1919). Reconstruction therapy. Philadelphia, PA: WB Saunders

[xi] Eaton, A. H. (1949), Handicrafts of new England (p. XVII) New Cork, Harper & Brothers.

[xii] Naylor, G. (1971). The ans and crafts movement. A study of sources. Ideals and influences  on design theory. Cambrige M.A. MIT  Prees.

[xiii] Marsh, J. (1982), Back to the land. The pastoral impulse in Victorian England from 1980 to 1914. London, Quartet Books.

[xiv] Hall, H. J. (1910). Work cure a report of five years experience at an institution devored to the therapeutic aplication of manual work. JAMA 54 (1). 12-14.

[xv] Addams, J. (1900). Labor musseum at hull house. The commons 5 (47) 3-4.

[xvi] Tracy, S. E.  (1910). Studies in invalid occupation A manual for nurses and anendants. Boston, Whitcomb & Barrows.

[xvii] Meyer, A. (1922). The philosophy of occupational therapy. Archives of  occupational therapy.

[xviii] Mac Nary h. (1947) The scope of occupational therapy. In H, Willard & C.S. Spackman (Eds.) Occupational Therapy, Philadelphia: lippincort.

[xix] American Occupational Therapy Association. (1972). Occupational therapy: its definition and funtions. American Journal  of ocupational therapy. 26 204.

[xx] Asociación Americana de Terapia Ocupacional. (April 1986). (Abril 1986). Dictionary definition of occupational therapy. Definición del diccionario de la terapia ocupacional. Adopted and approved by the Representative Assembly April 1986 to fulfill Resolution #596-83. Adoptada y aprobada por la Asamblea Representativa abril de 1986 a cumplir con la Resolución Nº 596-83.

[xxi] Hopkins, H & Smith, H.(1998) Willard & Spackman Terapia Ocupacional. Editorial. Medicapanamericana. España

[xxii] Hopkins; H. L. & Smith, H. D. (2005). Willard and Spackman’s occupational therapy. Philadelphia J. B. Lippincot. Terapia Ocupacional. 10 edición. España. Editorial Médico Panamericana.

[xxiii] Yerxa, EJ (1967). Authentic occupational therapy. 1966 Eleanor Clark Slagle Lecture. American Journal of Occupational Therapy, 21, 1–9.

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